Como bien saben mis lectores y lectoras, soy usuaria de las redes sociales, principalmente de Facebook, lugar en el que abundan grupos de toda temática, más o menos interesantes. Algunos de los que frecuento están relacionados con la maternidad, en los que las madres nos hacemos consultas diversas, y debo reconocer que a veces me enervo (en alguna ocasión he abandonado algún grupo por cierta discrepancias o porque el origen del mismo se ha desvirtuado) y no lo puedo evitar. Ante todo, yo no tengo el don del conocimiento pleno, tengo dudas como todos los padres y madres, pero en el tema de la crianza (no natural, con todos mis respetos a aquellas que la defienden a ultranza, simplemente crianza) creo que tengo ya cierto dominio adquirido después de ocho años. Cada tema que se plantea es interesante para la persona que lo expone; algunas son primerizas asustadas, otras embarazadas, se habla de salud, ayudas, etc., pero hay un tema que de verdad me saca de mis casillas (creo que mi