Los segundones; sí, aquellos hijos que, en la Edad Media, cuando procedían de familias de señores solían estar destinados al noble oficio clerical (me refiero a los varones, claro) ya que el mayor estaba destinado a convertirse en guerrero.
Hoy en día sigue habiendo segundones y segundonas, pero gracias al avance de los tiempos, cada uno podrá elegir su destino en el futuro en teoría (y siempre que el sistema deje de degradarse tal y como está ocurriendo en la actualidad...a éste paso un mayor porcentaje lo hará fuera de nuestras fronteras), pero si hay algo que tienen en común es el hecho de que heredan, sí, heredan, pero no las propiedades de sus padres, sino las de su hermano o hermana mayor.
Últimamente llegan a mis manos catálogos - algunos de ellos casi más extensos que la trilogía de "El Señor de los Anillos" junta - sobre los últimos productos para bebés lanzados al mercado, a cada cual de ellos más sofisticado (algunos, a veces, incluso demasiado...que aún no le encuentro el sentido a un "detector de llanto del bebé", si las mamás no los entendemos cuando lloran ¿lo va a percibir un aparatito). Y es que, sin duda alguna, la visión de la madre primeriza en este sentido difiere mucho de la que repite experiencia; ciertamente el siguiente hijo va a heredar objetos, enseres y ropa del o de la mayor, pero aparte de eso la madre se plantea ante algunos de ellos, de los que ya tiene o de los que podría tener, la siguiente pregunta: "¿Es esto realmente necesario?".
Mi hijo nació en Mayo de 2006 y mi hija en Diciembre de 2012, una diferencia de edad bastante considerable (decidida parte de la misma a caso hecho). Esos casi siete años derivan en un cambio de modas y de tendencias en cuanto a todo lo que rodea al bebé se refiere. Lo que se llevaba en aquel entonces, ahora se ha quedado más que desfasado; a excepción del conjunto de paseo, modelo que estaban a punto de descatalogar pero que nos enamoró a mi marido y a mí al verlo en un escaparate, mi hijo estrenó todo lo mejor que había en esa época, basándome siempre en los catálogos, foros, opiniones de otras madres...desde la silla de auto más segura hasta el robot de cocina específico para bebés (una de las cosas a las que precisamente ahora no le veo tanto sentido, pero que seguiré utilizando) pasando por la hamaquita con más sonidos y luces para atraer la atención del bebé.
Sin duda, eran otros tiempos; los tiempos de los padres primerizos.
Llega el momento de desempolvar los enseres del bebé y una de las cosas que se me pasa por la cabeza es "¿Qué voy a hacer después con todo esto?"; respuestas, hay varias. Mientras tanto, todo va a tener su uso, y como dice mi hijo en un pequeño ataque de celos (he de decir que está encantado con su hermana y que estaba deseando que llegara, pero que como principe destronado reclama su espacio en ocasiones) "¿por qué la hermanita tiene que ir en mi carrito?". Se estima que el gasto medio en el primer hijo ronda los 6000 € a lo largo del primer año. Por lo general, una vez usados estos enseres se guardan para un posible segundo hijo, el que no va a estrenar nada, tan sólo ropa, sobre todo como en casos como el mío en el que se tiene "la parejita.
En mi caso la pequeña sólo ha estrenado, aparte de su ropita, la mantita de juegos, y lo que si he hecho ha sido "tunear" el portabebé con un saco y una funda reversible adquiridas en la tienda online TUTETE.COM, de la cual en breve redactaré una entrada completa porque ellas se la merecen, y así mi niña va cómoda y femenina en "el carro de su hermano".
La verdad es que tener un bebé hoy en día es hacer muchas cuentas ...¡lo que se gasta tan sólo en pañales!; pero si volviera a ser madre primeriza (¡esas cosas no vuelven, jeje!) me plantearía más la funcionalidad que la fama o el renombre, si bien en ocasiones estas van unidas, y también en cierto modo la utilidad; tengo, por ejemplo, un huevo termómetro luminoso que, por el cambio de color indica la ropita con la que debes vestir al bebé...es muy curioso, por cierto, en verano está continuamente rojo y mi pequeña duerme en pañal; cualquier termómetro sería válido para ello; por supuesto que va asociado al uso de los sacos de dormir de la misma marca. Un termómetro de baño de los de toda la vida te marca la temperatura igual que un digital...esto me da por pensar en la creación de otra entrada, sobre básicos, prescindibles, etc...pero no es el momento.
En conclusión, práctico y útil, que no tiene porque significar lo último y lo más caro...al final habrá que deshacerse de todo ello si no queremos que nos diagnostiquen en un futuro como sindrómicos en relación a Diógenes. Como siempre, espero que esta entrada os haya gustado y a algunos lectores les haya resultado además útil.
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