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Las piscinas son para el verano, la seguridad para toda la vida

No sé vosotros, lectores, pero desde que tengo uso de razón, siempre he deseado que llegara mediados de Junio para que abrieran la piscina y poder darme buenos chapuzones, aunque es verdad que a veces las instituciones pertinentes se han hecho de rogar y no las han abierto hasta más tarde (y si no, que se lo digan al Ayuntamiento de Baza en Granada).

Toboganes Parque Acuático Aquaola 

Recuerdo mis domingos infantiles en aquella piscina del Estadio de la Juventud en Granada (unas instalaciones deportivas estupendas que entre el binomio Ayuntamiento - Junta de Andalucía han abocado a su decadencia y posterior desaparición...¡y no quería yo hablar de política ni nada de eso, pero hay verdades como puños) donde a mi pesar aprendí a nadar, y los días con mis amigos en la Universitaria, sin olvidar como no, y eso se suele repetir cada año, los Domingos en familia en Aquaola, como siempre, os hablo de Granada.

Playa de interior en Freila, provincia de Granada
Aprendí a nadar y a defenderme en el agua a la edad de cinco años (me gustaba mucho el agua pero no podía pasar sin mi rosco flotador, pero superé ese temor) y desde bien pequeño he instado a mi hijo a que lo hiciera, desde la matronatación hasta el día de hoy, y sin ser un gran nadador, al menos se defiende, pero he tenido la suerte de que es un niño temeroso y no se quiere acercar al agua solo.  Realmente es sobre lo que versa esta entrada, sobre la seguridad no ya sólo en las piscinas sino en las zonas de baño en general.

Cada verano vuelve a saltar la alarma, el número de muertes por ahogamiento es, por desgracia, destacable.  Leía hace unos días en la edición digital de IDEAL que el número de fallecidos por esta causa en la última decada ascendía a 72 en la provincia, y que a lo largo del mes de Julio habían sido 19 en todo el pais (enlace a esta noticia). Es realmente alarmante, sin contar también con el número de accidentes producidos que han podido derivar en traumatismos y problemas medulares.  Hay situaciones que, por desgracia, no se pueden evitar, pero hay otras que rayan en la falta de responsabilidad.  Por eso, e investigando por la red, he encontrado una serie de consejos útiles, algunos de ellos son pura lógica, pero ésta a veces falla.  Os adjunto un enlace a los mismos, el primero de ellos está publicado por el Ministerio de Sanidad (y patatín, patatán, que las carteras conjuntas se las traen) y la Cruz Roja Española y el segundo por la Asociación Nacional de Seguridad Infantil.


Creo que los consejos que se dan son muy claros y fáciles de seguir, hemos de regirnos por el cuidado y por la prudencia y considero que es muy importante que los niños y niñas aprendan a nadar desde pequeños, lo cual no quiere decir que se les deje en el agua a su libre albedrío, hay que estar pendiente como dice la norma 10/20.  Lo que tengo en mente desde hace mucho tiempo y en cuanto pueda lo llevaré a cabo, es hacer algún curso de primeros auxilios, en todos los folletos se nos aconseja el conocimiento de RCP pero la teoría no tiene nada que ver con la práctica y yo creo que a la hora de la verdad ante un caso de emergencia me quedaría bloqueada.

Por cierto, observo que el título de la entrada no es del todo acertado, porque las piscinas cubiertas son un gran invento pero aludo al verano porque es cierto que con las primeras sensaciones de calor sentimos la llamada del agua...¿A vosotr@s no os ocurre? ¡A mí sí!

Con precaución como para todo, pero ¡Disfrutad del verano!

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